Hoy, en general, está aceptada la condición de Hermano Masón del tres veces presidente de los argentinos a través de elecciones nacionales, general Juan Domingo Perón. Lo que sí se sigue en debate es cuándo, cómo y quién lo inició en esa orden universal.
Algunos años atrás el “Venerabili” Licio Gelli dio algunos reportajes a medios gráficos y televisivos de la Argentina donde afirmó “Perón era Masón, yo lo inicié mediante un ritual simple…” conocido como “de la boca a la oreja.” Empero en una de las entrevistas afirma que la iniciación tuvo lugar en Puerta de Hierro días antes de la partida de Perón a Buenos Aires y en otras que lo hizo durante una noche ante el monumento a Giuseppe Garibaldi que se halla en la porteña Plaza Italia del barrio de Palermo, en la Ciudad de Buenos Aires.
A nuestro juicio, cuando Gelli afirma que fue él quien convirtió en miembro del a Masonería Universal a Perón no lo está haciendo para alardear, sino para ocultar la verdadera historia cosa más que habitual en la temática de las sociedades secretas.
¿En España?
Hay quienes afirman que el General ingresó a la Masonería en España, durante el exilio. Lo que es muy improbable pues el franquismo persiguió a la orden habiendo encarcelado y dado muerte a muchos y obligando a tantos otros a dejar el país como sucedió con el presidente de la República Española; el Maestro Masón Manuel Azaña quien tuvo que radicarse en Francia.
Nuestra información, obtenida verbalmente de fuentes masónicas confiables y por datos cruzados entre varias personas que no se conocían entre sí es que Perón ingresó a la Masonería durante 1936, en Chile, donde era Agregado Militar en la Embajada Argentina en el país transandino. Por entonces tenía el grado de mayor y ascendería enseguida a teniente coronel. No es casual, entonces, que en 1937 publicara su estudio “La idea estratégica y la idea operativa de San Martín en la Campaña de los Andes” tema vinculado a las logias lautarinas.
Siempre de acuerdo a nuestras indagaciones Perón concurriendo a esa logia llegó al segundo grado; es decir, Compañero. Tras lo cual pasó a otro destino militar dejando Chile.
Estudios en Italia
Hay quienes han supuesto que la Iniciación tuvo lugar en 1939 cuando formó parte de la misión de estudios en Italia, enviado por el Ejército Argentino. Para nosotros fue en alguna logia de ese país en que fue exaltado a lo que los masones denominan “el sublime grado de Maestro” también llamado “tercer grado”.
El GOU y el grupo político
En 1943 Perón está en la Argentina. Organiza entonces lo que el Instituto Nacional Juan Domingo Perón de Estudios e Investigaciones Históricas, Sociales y Políticas no duda en llamar en su página web “una especie de logia” denominada GOU (Grupo de Oficiales Unidos) “que sostenía un pensamiento nacionalista y de recuperación ética.”
Mucho se ha hablado y escrito sobre la sigla GOU. Y, por lo usual, ha habido coincidencia en que GOU es la abreviatura de “Grupo de Oficiales Unidos”. Nosotros proponemos otras dos posibilidades: “Gran Oriente Unido” o “Gran Oriente Universal” que son expresiones frecuentes en la Masonería. Es muy probable que habiendo tomado Perón conocimiento profundo sobre la manera en que José de San Martín – a quien los masones argentinos denominan “el Gran Iniciado” – se valió de las logias lautarinas para lograr la Independencia de la Corona de España, haya adaptado el modelo para la concreción de su proyecto político.
Existe un informe de los servicios de inteligencia de España en el que se afirma que – en tiempos de la primera y segunda presidencia – “los ministros de economía Alfredo Gómez Morales, Roberto Ares y José Constantino Barros, el ministro del interior Angel Borlengui, el ministro de marina, almirante Enrique García y el jefe del Partido Peronista, almirante Eduardo Teissaire” integraban la Masonería. Este último asumió en 1954 como vicepresidente de la nación.
El retorno del exilio
Es interesante señalar que en aquel vuelo que aterrizó en Ezeiza el 17 de noviembre de 1972, concretando el regreso del General a la Argentina, lo acompañaba un total de 154, llamémosles, “invitados especiales”; entre los cuales se encontraba Giancarlo Elía Valori y el Venerable Maestro de la Logia P 2, Licio Gelli. ¿Cuál fue el destino de ambos una vez aterrizado el avión en destino y luego de que Perón y sus más estrechos acompañantes lo siguieran rumbo al hotel de Ezeiza? Es evidente que Gelli era una persona de importancia para Perón. De lo contrario nunca habría subido a ese avión. Como ocurrió con tantos que así lo desearon… pero no se les ubicó en la privilegiada lista.
Tras el regreso de Perón en 1973, el presidente Héctor J. Cámpora designó a Gómez Morales como máximo autoridad del Banco Central. El 21 de octubre de 1974, ya con María Estela Martínez, Vda. de Perón como presidente de la nación, fue designado – una vez más – ministro de economía.
Borlengui tenía como secretario a otro masón, Abraham Krislavy.
Il fratello
Empero, donde alcanza mayor notoriedad la actividad masónica en torno a la figura de Juan Domingo Perón es en el período previo a su regreso definitivo a la Argentina hasta su fallecimiento.
El regreso de Perón a la Argentina, así como la restitución de los restos mortales de Eva Perón, requirieron de la intervención tanto del Vaticano como de la Masonería a la que pertenecía Licio Gelli. El mismo ha dicho – y en esto no hubo confusiones en su discurso – que: “En ese momento estaba como presidente Lanusse, entonces me puse de acuerdo con los tres generales e hice que Lanusse me recibiera, para decirle si podíamos llegar a un acuerdo, convocando a elecciones en Argentina, y que presentaríamos a Héctor Cámpora. Así Lanusse terminaba en paz su mandato.” Estos decires podrían tomarse como una bravuconada de Gelli si no fuera por un hecho singular que sólo puede entenderse en el marco de un particular agradecimiento entre “frates” y es el hecho de que el 18 de octubre de 1973 Perón firma el decreto Nº 34 por el cual se concede a Licio Gelli la Orden del Libertador General San Martín, en grado de Gran Cruz “por los importantes servicios a la Nación” (sic). El decreto está firmado por Perón así como por el ministro de relaciones exteriores, el canciller Alberto Vignes, otro destacado Hermano Masón. El decreto está publicado en el Boletín Oficial del 24 de octubre de 1973.
Llegado a este punto cualquiera tiene derecho a preguntarse, ¿cuáles fueron esos “importantes servicios a la Nación” a que hace referencia el decreto?
A mayor abundamiento hemos de recordar que el mismo día de la firma de la concesión de esa Gran Cruz – la mayor distinción que la Argentina otorga – Perón y su esposa recibieron en el Salón de Acuerdos de la Casa Rosada a los miembros de la Confederación Masónica Interamericana que asistían a un Congreso Masónico realizado en Buenos Aires. Entre los asistentes se encontraba “il Venerabili” Licio Gelli. Diarios de aquella fecha publican la noticia.
Otros compañeros
El Canciller Vignes contaba como secretario a Víctor Enrique Boully, también Masón.
En el ministerio de bienestar social, a cargo de José López Rega, fueron designados otros masones. José María Villone, colaborador especial del ministro. César de la Vega en una subsecretaría, pero que después sería embajador en la UNESCO así como en Francia. César de la Vega era, nada menos, que el Gran Maestre de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, que si bien sólo es una de las varias instituciones masónicas que hay en la Argentina es la que cuenta con mayor cantidad de logias y miembros en todo el país. Era visitada con frecuencia por Licio Gelli.
Cuando el triunfo de la fórmula Cámpora – Solano Lima, ingresa al entonces Concejo Deliberante un hermano masón de dilatada trayectoria en el campo de la política; el dirigente socialista Simón Lázara. A la vez, queda en tercer lugar de fórmulas presidenciales la que encabeza Francisco Manrique – también Hermano Masón – con el 14,9% de los votos.
Últimos tiempos
En los Estados Unidos, durante agosto, asume como secretario de estado Henry Kissinger una personalidad de la que si bien no puede asegurarse su filiación masónica es, al menos, imposible no vincular de manera íntima con la trama de las sociedades secretas.
El 7 de diciembre de ese 1973, Perón designa como comandante en jefe de la Armada Argentina al contraalmirante Emilio Eduardo Massera quien desde años antes tenía trato con Gelli y que formará parte de una “logia a cubierto” argentina. Se denomina de este modo al taller masónico del que no queda ninguna constancia escrita.
Perón fallece el 1º de julio de 1974. En 1987 desconocidos mutilan su cadáver embalsamado cercenándole las manos. Masones que alcanzaron el grado de “Venerable Maestro” comentan que ese hecho está vinculado a un ritual específico que se transmite “de la boca al oído” cuando se adquiere tal condición.
