Mauricio Javier Campos explora en su libro Masones la profunda huella que ha dejado la Orden en la historia cultural, política e intelectual de la Argentina y América Latina. A través de una investigación documentada y crítica, el autor analiza el papel de las logias desde sus orígenes operativos hasta su evolución como sociedades de pensamiento, destacando su rol en procesos históricos fundacionales como las luchas independentistas y la defensa de valores laicos y liberales.
«La historia de la humanidad y de las diversas culturas está plagada de sociedades secretas de profunda influencia en todos los ámbitos en los cuales se insertan», dice la presentación de la nueva obra, a lo que agrega que «nuestras sociedades actuales no son ajenas a este fenómeno, aunque con notorias diferencias en varios aspectos con respecto al pasado».
En su texto introductorio, sostiene que «la masonería moderna surgida en el siglo XVIII, y a través de su propia evolución durante los últimos 300 años en una sociedad de pensamiento (…) ha sido una moldeadora del entorno colectivo y humano en cada época en la que le ha tocado actuar». A la par, indica que «resulta muy interesante seguir huellas, indicios y rastros dejados por sus miembros en distintas actividades».
Masonerías diferentes
Luego afirma que «la historia de las distintas masonerías constituye una veta muy rica que cuenta aún con muchas vicisitudes y sucesos por desentrañar, en un contexto no exento de múltiples abordajes y teñido de una amplia gama de posturas ideológicas, ya sean políticas, religiosas, doctrinarias y culturales en general».
La masonería surgió en el siglo XVIII como una entidad especulativa que adoptó el simbolismo de los antiguos constructores medievales, aunque con un propósito filosófico y moral. Campos subraya que, lejos de ser una organización monolítica, la masonería se diversificó en corrientes ideológicas contrapuestas: por un lado, la vertiente anglosajona, teísta y alineada con la Gran Logia Unida de Inglaterra; por otro, la tradición liberal y adogmática representada por el Gran Oriente de Francia y luego por el Gran Oriente Federal Argentino (GOFA), que eliminó la Biblia de sus altares y abogó por la libertad absoluta de conciencia. Esta última tendencia permitió el ingreso de agnósticos, ateos y mujeres, rompiendo con dogmas centenarios.
Independencias americanas
Uno de los ejes centrales del libro es el análisis del papel de las logias en los movimientos emancipadores. Campos cita documentación histórica y memorias como las del general Tomás de Iriarte para demostrar que sociedades secretas como la Logia Lautaro —fundada por San Martín, Alvear y Zapiola— operaron como redes de conspiración política con un objetivo claro: la liberación del dominio colonial español. El autor reproduce fragmentos de cartas y proclamas donde se evidencia la conexión entre estas logias y planes continentales, como el diseñado por el general británico Thomas Maitland, que San Martín ejecutó con precisión estratégica. Estas logias, aunque de vida efímera, fueron instrumentalizadas para cohesionar esfuerzos militares e intelectuales.
Conflictos y fragmentación interna
La historia de la masonería en el país estuvo marcada por tensiones y cismas. El autor del libro dedica amplio espacio a describir las pugnas entre obediencias, como la que enfrentó a Miguel Valencia y José Roque Pérez a mediados del siglo XIX, o la propia creación del mencionado GOFA. El autor cita textualmente boletines y revistas masónicas como Verbum —órgano oficial del GOFA— para ilustrar debates ideológicos sobre laicismo, libertad de conciencia y acción social. Esta institución, aunque minoritaria, llegó a ser reconocida internacionalmente y mantuvo relaciones con potencias liberales de Europa y América.
El GOFA (1935-1957) fue una obediencia que surgió en como una escisión de la masonería tradicional argentina, caracterizándose por su enfoque liberal y adogmático. Nació en un período de fuertes tensiones, marcado por disputas entre corrientes tradicionalistas (alineadas con la Gran Logia Unida de Inglaterra) y corrientes liberales que rechazaban dogmas como la obligatoriedad de la creencia en un Gran Arquitecto del Universo o el uso de la Biblia en los rituales. Se formó a partir de logias que se separaron de la Gran Logia de la Masonería Argentina del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, criticando su estructura jerárquica y su acercamiento a posiciones teístas.
Obra cultural y proyección social
La Orden ha ejercido una influencia notable en la sociedad argentina. Campos destaca su participación en la fundación de instituciones educativas laicas, la promoción de los registros civiles y la defensa de causas como el divorcio y los derechos humanos. El libro incluye imágenes y reproducciones de publicaciones como La Acacia o Revista Masónica Americana, que dan cuenta de cómo los masones intervinieron en el debate público desde el siglo XIX. Figuras como Domingo Faustino Sarmiento, Leandro Alem e Hipólito Yrigoyen formaron parte de la orden, y su labor trasciende el ámbito ritualístico.
Campos concluye que la masonería no fue un actor homogéneo, sino un espacio de confrontación ideológica donde pugnaron visiones encontradas sobre el progreso, la libertad y el papel de lo sagrado. Su obra invita a comprender la complejidad de una institución que, aunque podría visualizarse rodeada de misterio, moldeó decisivamente el rumbo de la nación.
De la propia fuente
A la hora de la franqueza, Campos admite que este libro es uno de los más sencillos que ha publicado, y que su pretensión está enfocada en una tarea de divulgación para que llegue a más gente y a las mayorías. También indicó que está preparado especialmente para que sea de fácil y de rápida lectura. El texto fue presentado hace pocos días en la Biblioteca Bernardino Rivadavia de Tandil.
Cabe destacar que Mauricio Javier Campos es un investigador histórico con una trayectoria consolidada. Ha publicado 17 libros y recibió en dos oportunidades la Faja de Honor de la Sociedad de Escritores de la Provincia de Buenos Aires por sus obras «Los masones y la Biblia: entre el púlpito y el patíbulo» (2014-2016) y «La mujer masón» (2017-2018). Además, integra la Logia Garibaldi de La Matanza del distrito local de la Serenísima Gran Logia de Italia y la Academia de Estudios Masónicos del Supremo Consejo Federal del Grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para la República Argentina.