El Gran Oriente de Italia (GOI) ha rendido homenaje al médico cirujano y militante antifascista Alessandro Tedeschi, quien tuvo destacada trayectoria profesional y masónica en su país y en la Argentina hace más de un siglo. Fue titular de esa obediencia mientras su actividad se desenvolvía en el exilio francés en la Segunda Guerra Mundial.
Tedeschi emigró a la Argentina en 1899, sintiéndose atraído por las mayores posibilidades de afirmación personal que ofrecía un país joven con sectores enteros casi completamente vírgenes. Apenas llegó a Buenos Aires, la fuente sostiene que se integró a la Logia Unione Italiana, una de las diez existentes en el país formadas por inmigrantes italianos.
Su obra en la Argentina
Se destacan los méritos del profesional por cuanto dicen que reforzó la asistencia médica creando unidades hospitalarias para los inmigrantes italianos. También habría dedicado tiempo a la fundación de una escuela popular laica y una biblioteca pública en el barrio de La Boca, acerca de lo cual no se aportan precisiones.
Además, se pone de relieve que fundó el laboratorio de anatomía patológica de un hospital psiquiátrico de Buenos Aires. Otras fuentes locales adjudican el mérito al médico alemán Chistofredo Jakob, a quien se reconoce como fundador y primer director de esa unidad, como parte del otrora Hospicio de las Mercedes (hoy Hospital Moyano).
Embajador de paz
Según ha quedado confirmado, fue elegido representante y «garante de amistad» en 1903 entre el GOI y una obediencia argentina de entonces (mencionada como Gran Oriente de la Argentina). Con ello habría cerrado una «larga disputa» entre ambas instituciones, abriendo una nueva etapa para las logias italianas en el país.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, Tedeschi regresó a Italia y se alistó voluntario como oficial médico. Después de la guerra, regresó a Argentina y reanudó su actividad profesional en este país hasta 1930.
Mencionan desde la institución italiana que entre los primeros tema de su preocupación en la Orden se encontraba la cuestión de la presencia femenina en las logias, aunque este dato no ha podido corroborarse de fuentes en la Argentina.
Italiano del sur
Nacido en Livorno en 1867 en el seno de una familia de comerciantes judíos de modesta extracción social, Tedeschi se licenció con honores en medicina en la Universidad de Pisa. Después dirigió brevemente el Instituto de Anatomía Patológica en la Universidad de Cagliari. En 1892 se inició en la Logia Garibaldi-Avvenire de su ciudad natal.
Antifascismo y exilio
La llegada del fascismo al poder en Italia provocó una profunda aversión en Tedeschi. Él sostuvo públicamente juicios de severa condena contra el régimen, al que consideraba «liberticida».
En 1930, se estableció en Francia y se unió a los hermanos que habían reconstruido el Grande Oriente d’Italia en el exilio en París, entre quienes se menciona a Eugenio Chiesa, Giuseppe Leti, Cipriano Facchinetti y Francesco Fausto Nitti, entre sus compañeros fraternales.
El grupo tenía el propósito de mantener los contactos con la presencia clandestina y residual en Italia y de dar un punto de referencia a las numerosas logias esparcidas en la emigración italiana. En 1931, Tedeschi fue elegido Gran Maestro.
Persecución declarada
Su primera declaración es elogiada por el GOI: «Nosotros somos la masonería italiana que tiene el propósito de conservar encendida la antorcha de la Institución esperando traerla de vuelta a la Patria, el día fatídico en que la libertad no sea en Italia un simple nombre sin significado«.
En 1934, él reafirmó la posición de la institución: «La masonería no toma partido en política, pero no prescinde de ella. Ella combate dictaduras y tiranías y defiende los principios democráticos».
Mientras Tedeschi luchaba en el exilio, en Italia el fascismo intensificaba su persecución. En noviembre de 1925, la Cámara de Diputados había aprobado la ley sobre la «regularización» de la actividad de las asociaciones, la cual utilizaron para ilegalizar la masonería. El Gran Maestro Domizio Torrigiani terminó confinado en prisión en 1927, y se dispuso la disolución de las 500 logias que existían por entonces.
Enemigos asociados
La Santa Sede comentó favorablemente la ley de asociaciones. Era un retroceso fatal en los derechos civiles, pero la norma marcaba un punto a su favor contra la Orden, empeñada en una batalla anticlerical en defensa de la laicidad del Estado.
Se cita al respecto una declaración de Constanzo Ciano, un destacado comandante naval y político italiano que fue uno de los principales líderes del fascismo y un aliado cercano de Benito Mussolini. Al inaugurar un club de ferroviarios fascistas en el local devastado de la logia expresó que la «secta» masónica había sido «debilitada y vencida» por mérito de su líder.
El final del exiliado
Durante la ocupación alemana de Francia, la Gestapo elaboró una lista de exiliados italianos para entregar a la policía fascista. El nombre del Gran Maestro Tedeschi figuraba en el listado, también debido a su origen judío. Alessandro Tedeschi murió el 19 de agosto de 1940, solo unas horas antes de ser alcanzado por la policía secreta alemana. Dicen en el GOI que «prefiriendo el sufrimiento a la abjuración».
En la ciudad de Livorno se honra su memoria. Las logias de esa ciudad encargaron al profesor Santi Fedele la escritura de su biografía. Su busto se donó al municipio y se colocó en la Villa Fabbricotti. Más recientemente, en 2022, la ciudad dedicó un espacio público a su nombre frente a los Bagni Pancaldi (un balnerario de élite en Livorno), y la comunidad colocó una lápida en el Cimitero Israelitico en su recuerdo.
